Pantafotos

N o siempre se puede elegir el lugar adonde leer el diario, pero en fin, al menos, dentro de ciertos límites,  se puede elegir cuál comprar...

S in duda que leer el diario por la mañana es agradable e interesante y si además lo hacemos en un lugar tal que al alzar la mirada lo que vemos es bello, aún más.

E ran todas antenas, unas para comunicarse en este mundo y las demás para hacerlo con el otro.

Q ue cada uno se ponga en la cabeza lo que quiera, es una decisión individual en la cual no pienso inmiscuirme. El ciclista usa su casquito para proteger su cabeza en caso de un accidente, una medida sabia y El Mago, un chambergo para hacer suspirar a las paicas, ellos sabrán lo que hacen.

E n estos últimos tiempos he estado muy ocupado con las artes de vuelo, por lo que me parece natural comenzar a darle un cierto protagonismo en esta página a los habitantes del piso superior. Estos, en particular estaban descansando, pero pronto tomarían vuelo una vez más, era tan solo una pausa.

E sta mañana  v enía por 18 de Julio hacia el desk cuando nos cruzamos,  iba caminando rápidamente sin dejar de leer su libro en un milagro de coordinación físico-mental. ¡Bravo por la lectora! ¿Para qué perder tiempo mirando lo que pasa por la calle a esta hora temprana en la cual hay tan poco para ver?..

M ientras muchos de sus compañeros se dirigían hacia los lugares de concentración para marchar hacia el Palacio Legislativo a manifestarse, el portador o portadora de esta bandera se tomó un respiro, quizás para comprar algo o para ir al baño, dejando su rojo estandarte por la suya en la vereda. Lo alarmante del caso es que nimgún héroe proletario, al verla así, solita y abandonada, la recogió para izarla y portarla haciéndola flamear orgullosamente en medio de sus hermanas. Ya no da luchadores como antes el pueblo...

C uando comencé a trabajar en el desk internacional de AFP en Montevideo, mi vida laboral cambió radicalmente. Por aquellos tiempos yo daba clases de fotografía, por lo que pasaba muchas horas al día encerrado en el cuarto oscuro. Trabajar en AFP me permitió tener una vista del mundo exterior (en la tele y las pantallas de las computadoras) y de otros países (en el mapa). Ni decir que a partir de ese momento comencé a sentirme mucho mejor.

N o me atreví a aproximarme más, la voracidad de ese jardín abandonado parecía tan desmedida que por si acaso me mantuve a una prudencial distancia. Tampoco he vuelto por el lugar, Alguien me comentó, hace ya mucho tiempo, que las plantas tienen memoria.

D e no ser por los carteles publicitarios en alemán detrás del auto, uno podría pensar que la imagen de hoy es una representación futurista de un uruguayo preparándose para ir al trabajo con seguridad, para reducir al mínimo posible los riesgos de atravesar calles tan peligrosas como las de muchas ciudades sirias de hoy en día. Bueno, al menos es lo que algunos querrían hacernos creer, porque tampoco es para tanto. Pero si a alguien le interesa relacionar alguno de los carteles con la foto, el cartel del medio, el que tiene el guardia, tiene una frase que reza así: " Bien, eso es lo que es Securitas ( Seguridad, en latín, como todos saben)". Adelante los creativos.

Y continúa la serie de lectores de libros, esta vez de papel, quienes pese a la abrumadora proliferación de pantallas continúan aferrados a sus pedacitos de árbol procesados y entintados. No me hace mella el malicioso comentario de que a este lector ya lo he puesto en las páginas del blog, uno fotografía lo que tiene a mano, ¿no?

T raté de tomar la foto con la mayor discreción, el hombre parecía genuinamente enamorado y yo sería el último en interponerme en una historia romántica.

C ontrariamente a lo que muchos creen, el día a día de los periodistas puede ser agotador. A los riesgos inherentes a la profesión suelen sumársele jornadas largas y extenuantes. No es un trabajo para cualquiera.

B uscando en mi base de datos, descubrí que estas dos imágenes, tomadas una en el puerto (izq.) y la otra en la Suprema Corte de Justicia tenían elementos compositivos comunes, fuera de la obvia similitud entre los corderos y los escolares (¿obvia?). Lo interesante es lo próximas que están una de otra en el archivo.

C uando lo vi, creí estar alucinando. ¿Un monje en el pequeño estudio de grabación de sonido en el desk? Me pareció demasiado, aún para la agencia. Tras tomar la foto, quería ver si salía o era yo nomás que desvariaba, me acerqué en puntillas y finalmente descubrí de qué iba la cosa. Mi compañero Leo, caribeño y venezolano él, obligado por el exceso de aire acondicionado, se había encapuchado él solito para abrigarse las orejas, apenas eso.

S iria está en guerra desde hace bastante tiempo, una guerra cruel y sangrienta. Cuando estuve por allá, hace 17 años, aunque era evidente que el país estaba gobernado por una dictadura feroz, todo parecía más tranquilo, al menos en la superficie, y los fotógrafos de paso nos podíamos concentrar en temas pacíficos.

M e pregunto si habrá egipcios que le canten a cafetines como este, en Alejandría, tal como tantos vates tangueros lo hicieron con bares y boliches de barrio entre nosotros. Si no lo han hecho ya, es hora de que se pongan.

C on tanta construcción la ciudad está cambiando tan rápidamente que pronto no habrá más remedio que recurrir a las fotos para recordar cómo era. Graffitis, anuncios publicitarios y nuevos edificios contribuyen a crear un caos urbano al que cuesta un poco adaptarse.