Pantafotos

N o todos los templos hindúes son igualmente accesibles, algunos, como éste, están vedados a los no-hindúes. Es que el hinduismo, contrariamente a lo que muchos creen, puede ser una religión intolerante, especialmente en lo referente al odioso sistema de castas que tanto destestaba Ghandi y que los esfuerzos constantes de la legislación moderna india no consiguen eliminar.

S in pretender iniciar una inútil discusión acerca de la mayor o menor credibilidad o pertinencia de religiones con tantas diferencias como el hinduismo, el islam o el cristianismo, puedo decir con propiedad que tras haber visitado repetidas veces templos de las tres, de lejos los hindúes son muchísimo más interesantes y entretenidos.

E l hombre estaba haciendo algo, no tengo idea qué, frente a lo que parecía ser un templo a algún dios hindú, no sé cuál. Intrigante ¿no?

N o, no se trata de alguien que, rodeado por las aguas que han desbordado ríos y arroyos, se ha echado a dormir tranquilamente mientras espera a  que lo vengan a rescatar, es un señor que duerme plácidamente en su embarcación amarrada a orillas del Ganges.

C lase de flamenco en en centro al atardecer, espiada desde la calle, en passant , como en el ajedrez.

C uando yo aprendí a jugar al ajedrez, hace ya bastantes años, para registrar las partidas había apenas un par de sistemas de notación, el algebraico y el descriptivo. Hoy en día, con la proliferación de los celulares y el continuo avance de la holgazanería, algunos han añadido un tercero, el "celulárico", mucho más simple, claro está.

E ran dos tecladistas, muy activos, sin embargo, me pareció mucho más interesante el de la derecha, pese a que su teclado parecía viejo y obsoleto. No lo era, pueden estar seguros de ello, o al menos, bajo sus ágiles dedos no daba esa impresión en absoluto.

P asé de casualidad, porque hoy no me tocaba ir a la agencia, cuando sí cruzo la plaza del Entrevero de ida, de vuelta o en los dos sentidos. Hoy habían instalado un piano multicolor y tras un par de jóvenes "teloneros" que tocaban muy bien, se presentó nada menos que el gran Hugo Fattoruso, que nos deleitó con un acordeón piano primero, y con el piano mismo después. Todo un regalo para los oídos, ¡bravo por la iniciativa!

Las aguas del río sagrado contienen muchas cosas, además de algunos peces: animales muertos, gente ahogada. Este pobre hombre apareció flotando no muy lejos de donde algunos devotos hacían sus abluciones y se bañaban. Todo un santo asco.

C uando tomé esa foto, en mi primera visita a Varanasi, el Ganges ostentaba, según la organización india Save the Ganga , un nivel de colibacilos de 5.000 veces el máximo permitido por la O.M.S...para bañarse. Indiferentes a esos fríos datos estadísticos, y  como el rio sagrado lo cura todo, los habitantes de la ciudad y los peregrinos se bañaban y se lavaban los dientes en sus aguas y muchos lavaban la ropa de cama y la de ponerse, lo cual no dejaba de ser visualmente atractivo.

P or acá nos quejamos de la lluvia, pero hay que haber estado bajo algún monzón para poder decir que se ha experimentado un pequeño diluvio. Esta plácida imagen del Ganges tomada en Varanasi durante la época seca no permite imaginar lo que ocurre con el río sagrado durante los las lluvias monzónicas, algo terrible.

S e estaban haciendo los finos, aparentando indiferencia ante tan aromáticos manjares, pero lo más probable es que estuviesen simplemente bien alimentados. Yo conozco muy bien a los gatos, suelen mandarse la parte con frecuencia, es su estilo.

L lueve a cántaros, otra vez, y la ciudad ha perdido una vez más  sus bellos colores, ahora reemplazados por una amplia gama de grises-lluvia, pero yo no me puedo quejar mucho, teniendo en cuenta en mi acentuada preferencia por la paleta del blanco y negro.

A l llegar a la esquina noté que había un grupo de personas mirando hacia arriba, así que hice lo propio y vi a una pobre grúa que acababa de sufrir un cambio de posición en el brazo que lleva el contrapeso. La pobre estaba mustia, pero no es para tanto, a cualquiera le puede pasar...

Q uisiera saber cómo hacen los niños en Piriápolis para seguir las indicaciones de los signos de tránsito, como bien les enseñan en la escuela, y al mismo tiempo hacerle caso a sus mamás cuando les dicen ¡ Te venís por la rambla derechito a casa !

U n poco corta para llegar al cielo, me pregunto adónde, a qué dimensión conduce esa escalera. Sospechosamente no veo a nadie cerca, creo que es mejor mantener una distancia prudencial, por las dudas.

D esde la ventana del desk que da a la Plaza Independencia, confortable y seguro mirador, la otra noche vi pasar esta nutrida marcha contra la creciente violencia y exigiendo mayor seguridad pública. No sé por qué lo hacían, allá arriba y protegido por varias puertas, la verdad es que yo me sentía muy seguro.

N o sé si no da para molestarse, pero tengo la impresión de que la figura del fondo a la izquierda está mofándose de la dama grecolatina en primer plano. Yo, por las dudas, no me meto, que se arreglen entre ellas.

E n mi barrio hay un parque muy hermoso en el que hay un lago encantado. En él hay de todo, un castillo, barcas, frondosos árboles y a la entrada hay también...bueno, hay algo que no sé bien lo que es o qué significa, pero que también debe de estar encantado, supongo.

M i gata Nani no está debidamente informada, todo el mundo sabe que a los gatos no les gusta el agua, menos ella. Adora ducharse bajo el chorro de agua del grifo de la cocina, creo que en algún momento nos escuchó comentar que parece una gata de raza Maine Coon ( link ) , unos gatos enormes a los que les gusta el agua, pero ella es minúscula, no sé que se habrá creído.

A yer tomé un autobús, cosa que no hago con frecuencia, ya que prefiero caminar y me crucé con otro sobreviviente del siniestro virus que hace desaparecer en los afectados todo interés por la lectura, especialmente la lectura de libros, y lo reemplaza por un desmesurado afán por comunicarse por celular, por ver películas en el cable o por internet o en sumergirse de lleno y de manera continua en las llamadas redes sociales. Son (somos) pocos los que vamos quedando, pero en este caso se trataba de un hombre joven, lo que me hace creer que aún hay esperanza.

P erdida entre los libros de mi biblioteca, la pequeña Nani, la gatita ilustrada parece muy satisfecha.

E stá claro, he comprendido, de la manera en que se presenta el clima, se acabó hasta dentro de unos cuantos meses eso de ir a la playa a leer, por ejemplo. Llegó la época de los paraguas.

M e pareció estar alucinando, así que tome una foto para comprobar  si salía lo que creía estar  viendo, luego me tranquilicé, era así nomás, la cámara me es de gran ayuda con frecuencia.