Pantafotos

D esde que en el siglo XIV fueron llamados a filas para combatir las ratas negras que transmitían la peste negra, los gatos venecianos están muy pagados de sí mismos y se pasean orondos, a veces en grupos numerosos, junto a los canales, como si fuesen los dueños de la ciudad.

A veces, cuando hace frío, Robi y Grilla, algo así como su tía, se juntan para conservar el calor, aunque no por ello más dispuestas a abandonar la azotea, adonde si bien está más frío en esta época, continúa siendo más divertido.

C on su piel de camuflaje especial para esta época del año, la pequeña Robi, una de mis gatas, tan independiente que no sale de la azotea y se niega a entrar en la casa, trata de perderse entre las hojas, y de paso, se pone al abrigo.

A penas dos días después del referendo en Gran Bretaña, ya hay muchos agarrándose la cabeza en desconcierto, y lo peor del caso, muchos de los que votaron por la opción triunfadora. Haberlo pensado antes, chicos.

¡ G ran Bretaña deja la Unión Europea, el  "Brexit" ha triunfado!. Alegría de unos, abatimiento de otros. Europa se balcaniza cada vez más, habrá que esperar a ver qué pasa con Escocia, Irlanda y Gales. La vieja tradición aislacionista de la insular Gran Bretaña  aparentemente sigue su camino tan campante.

H oy se firma en La Habana un ansiado por todos cese al fuego entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC, que luchan encarnizadamente desde hace más de medio siglo. Ya era hora de que se silenciasen las armas y como no tengo fotos de por allá, aquí va esta otra para celebrar el inminente arribo de la paloma de la Paz.

D ecorado parcialmente natural en la Rambla Sur, a la entrada de la escollera Sarandí, un domingo de tarde.

U na animada reunión de amigas en la que los hombres estábamos excluidos, fotografiada anoche al salir de la agencia en el centro de Montevideo.

A yer por la tarde había un grupo de bailarines milongueando en la plaza del Entrevero, pero tomando en consideración la baja temperatura, no quedé muy convencido de que lo hiciesen por mero amor a la danza o directamente para sacarse un poco el frío.

A unque no tangueaba, el señor de la derecha seguía las evoluciones de los danzarines con atención mientras mateaba con entusiasmo. Faltaban tamboriles, algo de fútbol y un asado en marcha para tener una buena parte de los íconos del "ser nacional" reunidos en un solo lugar. Podría nombrar algunos otros, menos obvios y más profundos, pero prefiero no hacerlo.

E n medio de todos esos crípticos mensajes, de la tediosa arquitectura y del banco que incita al engañoso descanso, la palmera consiguió introducirse, o al menos parte de ella, su sombra, en realidad, pero algo es algo, un recordatorio de que frente a todo esa inútil geometría continúa estando la playa con su arena dorada y el agua siempre fresca.

J unto a la playa, en el centro de Piriápolis, hay un tupido bosque por el que casi extravié mi rumbo días atrás.

P asando el rato de diversas maneras en 18 de Julio, cerca de la agencia, hace un rato.

A yer por la tarde hacía buen tiempo en Piriápolis. Bajo el tímido sol de mediados de junio, más cercano al invierno que al otoño, se estaba bien, aunque a eso de las cuatro y media  ya era obvio que la tarde estaba por dejarle el paso a la noche. No importa, aunque hayan sido unas pocas horas de alegre luz, alcanzaron para calentar un poco nuestros corazones ateridos.

A veces tengo la sensación de que estamos viviendo una situación más bien caótica desde el punto de vista social. Y lo peor de todo es que ya ni siquiera podemos tener la esperanza de que cuando  venga un gobierno socialista se van a encaminar las cosas y reducir las diferencias socioeconómicas entre los habitantes de la república.

A lgo que llama la atención es cuán dóciles son las fieras en Nepal. El león de la foto se ocupaba de colgar a secar la ropa recién lavada de la familia, debería mostrarle esta foto a mis gatas para ver si se motivan un poco y colaboran un poco más.

L os nepalíes son extremadamente amables y hospitalarios, siempre están con una sonrisa a flor de rostro. Cuando se les acaban, compran más, hay tiendas especializadas en sonrisas, o al menos eso me pareció entender, no consigo descifrar lo que dicen los carteles.

C aminar por las polvorientas  y tranquilas calles de una pequeña ciudad en el valle de Kathmandú es una experiencia que recordaré siempre.

M e pregunto qué zonas de la hermosa Kathmandú y sus amables habitantes habrán sobrevivido más o menos intactas al terrible terremoto reciente.

L as tropas se tomaron un descanso y dejaron sus armas bien ordenadas en el campamento.

A lgo que me gusta de esta época del año son los cielos con sus nubes de variados diseños clásicos y la luz, por momentos crepuscular (sobre todo en la hora del crepúsculo, naturalmente) y las fotos se hacen con luz.

E stuve un buen rato tratando de imaginar una razón por la cual la nube se hallaba allí abajo y no allá arriba con las otras nubes y únicamente se me ocurrió una analogía, bíblica, para variar, relacionada con el ángel rebelde y su expulsión del paraíso, nada más.

E l parque automotor en la ciudad ha crecido mucho en los últimos años, leo en la prensa. Ahora hay mucha más gente que anda motorizada, incluyendo algunos  personajes que uno nunca habría imaginado que terminarìan adhiriendo al clan de los automovilistas.