Pantafotos

O bviamente, en la India no se quedan atrás y en algunos lugares también exponen sus dazibaos .

A l igual que los chinos, que utilizan mucho ese método, llamado " dazibao ", de 大 字 报 ,    "afiche de letras grandes", los nepalíes leen con frecuencia los diarios en equipo, porque si bien no son caros, es también un país muy pobre, como me dijo un indio que viajaba en mi mismo avión, " Nepal es un país tan pobre que incluso a los indios nos parece barato "

S upongo que como periodista debo sentirme agradecido de que aún haya gente que nos lea, en esta época en que para muchos leer significa apenas estar pendiente de Facebook y Twitter. Y es todavía mejor si nuestro lector está en tan amable y felina compañía, como el de la foto.

L a escena de la imagen de ayer, desde otro ángulo. No recordaba haber tomado esta foto y me gusta bastante, así que aquí la pongo también. De paso refuerza lo que dije con la otra, el señor lee el diario totalmente abstraído de la cremación.

E l señor de la foto no parecía mostrar interés alguno por presenciar los pormenores de la preparación para la cremación que se llevaban a cabo a sus espaldas. Lo entiendo. Después de todo hay cosas más interesantes para hacer que presenciar ese macabro (para nosotros) ritual mortuorio, como leer en el diario la página de obituarios, por ejemplo.

P odría decirse que un ciudadano que lea diarios, que se mantenga informado, de alguna manera se eleva por encima de los demás. Como dicen los italianos, " se non è vero, è ben trovato "

E n mi barrio hay una librería "cavernosa", como dirían los ingleses. Es grande y en sus recovecos guarda tanto material que se rumorea que hay lectores que se han internado en sus profundidades y no han vuelto a aparecer jamás. Lo cierto es que tiene mucho material, pero cuando llega alguna partida nueva de libros, las búsquedas pueden tornarse un tanto complicadas.

E n Nepal también se lee mucho el diario, para informarse, para entretenerse y también ¿por qué no? para hacerse el desentendido frente a una situación que no interesa, como quizás estuviese ocurriendo en esta circunstancia, durante una marcha de mujeres para alertar sobre el riesgo del sida en Patan, una pequeña ciudad cercana a Kathmandú..

E lla podrá decir lo que quiera, pero yo estoy convencido de que con la niebla que había, esa gaviota estaba volando por instrumentos.

N iebla. El sábado la ciudad se envolvió en una niebla espesa como yogur con la expresa finalidad de hacernos la vida más interesante a los fotógrafos. Gracias, ciudad.

C on mano segura, el experimentado capitán condujo la nave lejos de los arrecifes y el carguero se internó confiadamente en el espeso manto de niebla.

E sta tarde había una niebla como de película de terror, ideal para que asesinos seriales y vampiros salgan a hacer de las suyas y algunas personas que inocentemente habían salido a dar un paseo estaban totalmente aterrorizadas.

E n China también se lee bastante el diario, en algunos casos, en presencia de extraños elementos decorativos, como los pescados de este vendedor del mercado de Nan Jing.

H abía estado envuelto o envuelta para regalo, no sé qué, pero era evidente que de cualquier modo, ya no estaba más allí. Miré para todos lados por si acaso, pero no había indicios que me pudiesen dar una idea de lo que había ocurrido, así que tras tomar unas fotos, por las dudas, me apresuré a abandonar el lugar. Creo que estoy leyendo demasiada literatura fantástica últimamente...

N o hay caso, siempre hay alguno que quiere ir contra la corriente, Así no vamos a llegar muy lejos, no.

V eloces y confortables automóviles recorren ostentosos la rambla del balneario, sembrando a su paso  miradas y expresiones de admiración y envidia.

P ara los más audaces, las costas de Piriápolis ofrecen la oportunidad de demostrar arrojo participando de actividades acuáticas, o mejor dicho, subacuáticas, al enfrentar atroces monstruos marinos en las azules profundidades abisales.

L as plazas y demás lugares de uso público también están diseñados por escogidos urbanistas, famosos por su refinado buen gusto e inagotable creatividad.

A hora que estoy de regreso en Montevideo, siento nostalgia de la tranquila Piriápolis, con su mar y su arquitectura tradicional y de buen gusto, que combina bellas construcciones con hermosos jardines sabiamente embellecidos con estatuas clásicas y temas marinos.

E ste fin de semana largo el clima se mostró magnánimo, por una vez, y estuvo estupendo, en especial para disfrutar al aire libre, haciendo algo así como esta estimulante actividad para parejas...de mediana edad.