Nuevos dioses II

Acababa de llegar a Shangai y desafiando la persistente llovizna que agrisaba la ciudad salí de inmediato a dar una vuelta por las inmediaciones. Con un poco de suerte, se me ocurrió, podría cruzarme con Rita u Orson.
Pero como dicen los estrategas, ningún plan resiste el encuentro con la realidad. A pocas cuadras de distancia del hotel, una bien montada "Parrillada Argentina" ofrecía los -para muchos desconocidos- placeres cárnicos rioplatenses a sus clientes chinos, bajo la benevolente mirada del "Pibe de Oro" Maradona, cuya fotografía los recibía desde la marquesina a la entrada.
Había recorrido medio mundo para encontrarme con un poco más de lo mismo, aunque pensándolo bien, de algún modo siempre termina siendo así.

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