Presencia IV

Está alli abajo, escondido, como al acecho de los peatones que circulan desaprensivos por la vereda, ocupados en sus compras navideñas o de camino al trabajo.
No tengo la menor idea de quién es ni de cuáles puedan ser sus intenciones, por lo que dudé, al referirme a su actitud acechante, de calificarla añadiendo "como una serpiente". Por otra parte, es un rostro agradable y hasta un tanto triste, no puede querer nada malo, me repito una y otra vez.
Pero no sé, qué más puedo decir, no deja de inquietarme, alli solo, tan silencioso e indiferente.

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