Pausa

Mediaba febrero y hacía calor. El oficinista se había tomado una pausa para comer. Estaba sentado en el murallón de la Rambla Sur con su agenda y su refresco a su lado, se había quitado el saco y observaba a los bañistas con curiosidad distraída o quizás deseando estar como ellos, refrescándose en las tibias aguas barrosas del río-como-mar.


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