Espíritu

No hay caso, no aprendo nunca...Cada vez que oigo surgir de en medio del tráfico de la ciudad el sonido de una trompeta, mientras la noche, la ¨unánime noche" de Borges, cae apresurada, me pongo como alucinado a buscar de dónde proviene. Ingenuamente confío en que, esta vez sí, por fin, el espíritu inmortal del gran Chet Baker se ha dignado a bajar -o a subir- de dondequiera que esté, para hacernos una breve visita y dejar algunas notas de su trompeta suspendidas en el aire. Pero no, tampoco fue esta vez, quizás la próxima; el pobre muchacho no tiene la culpa de mi decepción, Chet hubo/hay/habrá, uno solo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La nao

En capas

Café en Broadway