![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiB7olkXgWVcxKSFa3Oy3b7B6TbxScKHCBu39jVt9x5A0AqYWtxAqP3AH1dwVED_iTTGGsl4B7v2RHklda_vTV4rJ_yzdmOoy3NtVWCQShhN0TrbyVfXIKY7jNe0qcp63fqbyXLPrgA_lY/s400/perros.jpg)
"
¡Eh, usted, el de los perros!"-gritó el grandote desde el muro en dirección al paseador de perros, que iba por el medio de la calle sin molestar a nadie. Quizás pensaba en los recuerdos que los pobres canes habrían de depositar a lo largo del camino, o puede que le haya molestado su sola presencia, por tratarse de algún acérrimo defensor de los gatos. El caso es que el muchacho y sus compañeros de cuatro patas no le hicieron ningún caso y prosiguieron tan campantes. El de la pared se tuvo que quedar allí, solo, tragándose su enojo.
Comentarios
Publicar un comentario