Los domingos por la mañana, sagrado día de descanso para los que pertenecemos a la civilización judeo-cristiana, al menos -porque si bien los judíos tienen su
shabbat, como son personas respetuosas, también descansan -la gente suele hacer cosas diversas. Algunos duermen, otros van a misa, o llevan a los niños al
baby fútbol, o se van a alguna feria, como la del Parque Rodó, bien equipados con su mate, el celular -por las dudas- y algo para hacer boca. También están los que aguardan pacientemente en sus puestos leyendo el diario a que los veleidosos clientes se dignen a aparecer.
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