Asustadizo

No me vio cuando entré al cementerio y estaba dando un rodeo para acercarme a él y fotografiarlo mientras estaba distraído, cuando de pronto percibió mi presencia, probablemente demasiado cercana para su celestial timidez. Apenas me dió tiempo a levantar la cámara y dispararla mientras se lanzaba al vuelo con un sordo revolotear de sus angélicas alas; fotografiar ángeles es más difícil que cazar patos en los bañados.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La nao

En capas

Café en Broadway