Ayer la dominante mundial en todas las agencias de noticias fue la boda real en Inglaterra. Miles de fotos, videos, palabras, un exceso, creo. Recuerdo las palabras de Cartier-Bresson de la época en que fundó la legendaria (hoy bastante decaída) agencia Magnum, en un mundo tan convulsionado como el actual, si no más: "¡
El mundo se está cayendo a pedazos y (Ansel) Adams y (Edward) Weston andan fotografiando rocas!". Me dan ganas de gritar, como Mafalda, cuando algo le parecía demasiado: ¡
Basta!
Lo peor del caso es que si hay culpables de esta distorsión en la apreciación de la realidad, somos nosotros, los periodistas.
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