Afeitada





Yo también me afeito todas las mañanas, pero aunque mi espejo es más grande que el de ese señor, no disfruto, como él del espectáculo que se desarrolla a orillas del sagrado río Godavari, que atraviesa su ciudad Nasik, cerca de Mumbai, en la India; debo conformarme con mirar mi propio rostro, aún abotagado por el sueño. A pesar de mi espejo, creo que él sale ganando.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La nao

En capas

Café en Broadway