Envidia

Recuerdo que era abril -tomé la foto en mi segundo rollo tras llegar a París por tres meses- y la primavera al borde del Sena lucía muy bien. El sol entibiaba sin fastidiar y el joven, un turista o quizás un estudiante, aprovechaba. Los dos señores de traje pasaron a su lado y uno de ellos lo miró con un gesto que podría interpretarse como de desdén, pero yo estoy seguro de que era apenas de envidia.

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