Sueños

El anciano dormita y quizás sueña. Y en sus sueños quizás ha vuelto a ser  joven, y tiene ante sus ojos a una bella mujer en un bosque que rodea a un lago idílico. Me acerco a él en puntillas, para no despertarlo, disparo la cámara y me retiro igualmente sigiloso. El mundo de los sueños es un territorio sagrado e íntimo, quizás el único que nos pertenece por entero.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La nao

En capas

Café en Broadway