Infierno



El mendigo dormía sobre una entrada enrejada que parecía conducir a un lugar subterráneo iluminado (¿por las llamas?). Quizás no era nada más ni nada menos que una de las tantas entradas al reino del fuego y el sufrimiento eternos, el Infierno.
Aunque pensándolo bien, el pobre hombre de algún modo ya estaba en el infierno...

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