Monumental





Los marmóreos hablaban bajito, casi cuchicheando, para no molestar con su fría cháchara al esforzado joven, que seguramente se reponía del desgaste laboral al solcito. ¡Qué buenas estatuas!

Comentarios

Entradas populares de este blog

La nao

En capas

Café en Broadway