Tres mujeres marroquíes

La madre llevaba a sus pequeñas a la escuela. La menor, iba como cualquier niñita no musulmana, pero la mayorcita, al medio, ya llevaba el cabello cubierto con un pudoroso pañuelo islámico, quizás para que se fuese acostumbrando de a poco y no le resultase tan chocante cuando tuviese que ir vestida como un fantasma por la calle.


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