Ajedrez dominical


Estos caballeros pasaban la tarde del domingo, era octubre y hacía calor, jugando al ajedrez al final de la playa de Copacabana, en el lugar conocido como posto 6. Se lo tomaban en serio y no levantaban la vista para mirar el mar azul ni las esplendorosas garotas que se paseaban sinuosas como Salomés, tratando de distraerlos y precipitarlos al abismo del jaque mate.

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