Tres maniquíes desnudos en pleno centro
Estaban impúdicamente desnudas tras la vidriera que da a la avenida 18 de Julio. Exhibían sus cuerpos magros, sin trazas de esos desagradables rollitos que afean los cuerpos femeninos y masculinos, humillando a los transeúntes, que pasaban apresurados y sin mirar ocultando cuidadosamente los priopios bajo la ropa. Además de exhibicionistas, ¡arrogantes!
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