Insatisfechos

Nunca terminaré de entender a la gente: rodeados de pantallas de todo tipo y tamaño, estos tres gandules se deshacían en elogios a sus respectivos iPhones, como si esas minúsculas pantallitas se pudiesen comparar en algo a las arrogantes pantallas de veintitantas pulgadas que los rodeaban. Nunca están conformes.

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