Descontraídos


Estos ajedrecistas sentados en plena avenida 18 de Julio se tomaban la partida con toda calma. Uno de ellos, con calor, se había quitado la camisa (ignoro si antes se despojó también de la corbata, si la tenía) y por si la partida le resultaba muy aburrida,  por las dudas tenía a su lado un montoncito de revistas de esas que uno ni siquiera ojea en la sala de espera del dentista.

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