Indiferentes

Como la marcha era en silencio -cientos de mujeres protestaban contra la violencia doméstica- estos ajedrecistas, apremiados por el reloj ("...esa otra daga, el tiempo", como escribiera Borges) no parecían siquiera enterarse.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La nao

En capas

Café en Broadway