Ayudita
La cuesta era empinada y no había mucho de donde agarrarse, por lo que la progresión de los dos escaladores era lenta y ardua. Pero allí estaba, junto a ellos, Lord Shiva, siempre dispuesto a ayudarlos, por lo que si bien el suceso de la empresa no estaba automáticamente garantizado, claro, al menos se podía decir que no estaban solos.
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