Brotes


Los obuses habían dejado de caer hacía horas pero en el campo de batalla, en medio de las alambradas y los campos de minas, aún se podía percibir el olor acre de la cordita. Sin embargo, de las ramas desnudas de un árbol martirizado que se elevaban al cielo como los dedos de una calavera, ya comenzaban a brotar empecinados brotes primaverales, muy verdes y tiernos. Siempre hay esperanza.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La nao

En capas

Café en Broadway