El náufrago

A primera vista podría pensarse que era un simple bañista, después de todo, corría enero, pero yo, con mi ojo avezado de ex marino, acostumbrado a los peligros del mar, supe enseguida que el yaciente se trataba de un náufrago, arrojado a nuestras costas luego de que su bajel zozobrase en el piélago durante una tormenta.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La nao

En capas

Café en Broadway