Plegaria

Hay que decirlo, había demasiada gente, demasiados turistas, no dejaban tranquilo al pobre Camoes en su tumba. Juntando las manos el poeta rezaba, "por favor, Señor, ¡haz que se vayan de una vez estos fastidiosos!"

Comentarios

Entradas populares de este blog

La nao

En capas

Café en Broadway