Sugerente


Daban ganas de echarse en esas sillas plegables a disfrutar del tibio sol otoñal, aunque me temo que respecto a los ehapuzones refrescantes cada poco rato quedaría para otra vez; en octubre, por benigno que se haya presentado el otoño, el Cantábrico seguramente está siempre un poco más que fresquito.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La nao

En capas

Café en Broadway