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Mostrando entradas de enero, 2012

En otra cosa

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E ra el sábado de carnaval y el tradicional grupo carnavalesco "Cordao da Bola Preta" desfilaba por el centro de Rio haciendo un gran alboroto. Muchos de los festejantes iban disfrazados y otros tantos (a veces los mismos) llevaban su botellita pudorosamente disimulada dentro de una bolsa de papel a la que le daban (a la botellita, claro) apasionados ósculos cada pocos pasos. De este modo, y antes de que hubiese transcurrido mucho rato, algunos fiesteros se hallaban dedicados con ahínco a dormir la mona y a soñar con los pocos días de desenfreno justificables que tenían por delante.

El lugar adecuado

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A l mendigo le gustaba dormir en ese banco del metro de Paris en particular; además de estar calentito y de disponer de un lugar espacioso para estirarse a gusto, había algo indefinible en ese sitio que le provocaba suerños apacibles y agradables. Apenas cerraba los ojos y se quedaba dormido, soñaba que estaba en una casa espléndida donde una bella mujer que lo atendía con afecto, si no amor, le preparaba un espléndido banquete servido con cubiertos y vajilla refinados.

Envidia

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R ecuerdo que era abril -tomé la foto en mi segundo rollo tras llegar a París por tres meses- y la primavera al borde del Sena lucía muy bien. El sol entibiaba sin fastidiar y el joven, un turista o quizás un estudiante, aprovechaba. Los dos señores de traje pasaron a su lado y uno de ellos lo miró con un gesto que podría interpretarse como de desdén, pero yo estoy seguro de que era apenas de envidia.

Al sol

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E ste muchacho se había quedado frito al sol en la playa, probablemente tras haber pasado una noche " de aquéllas ", o algo así. Hoy en día no conviene seguir su ejemplo porque el agujero en la capa de ozono no perdona...

Sueños vanos

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P uede que esa pobre mujer, tirada sobre un banco de Cinelândia, en el "centro histórico" de Rio, soñase en ese momento o en otro, con una sociedad en la cual no hubiese racismo. Si así era, no eran más que sueños imposibles; en todas partes hay imbéciles, aún en el multirracial Brasil.

Siesta campestre

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E ste paisano (gaucho, si quieren) dormía una breve siesta durante un intervalo en sus tareas en una feria ganadera cerca de Castillos, en Rocha, en el este de Uruguay. No se me ocurre en qué podría estar soñando en ese momento, o mejor dicho, se me ocurren demasiadas posibilidades, lo que a los efectos prácticos viene a resultar igual.

Sueños III

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E l hombre de esta foto dormía plácidamente acodado a la ventana de un viejo boliche en el barrio de la Boca, en Buenos Aires, en la época en que todavía era un barrio de artistas bohemios. Yo había ido a visitar a mi cuñado, que era dibujante y vivía en una enorme casa de madera y chapas, los metales ¨livianos¨de hace un montón de años atrás, pero que tenía dos plantas y un gran patio interior. Para retornar al durmiente de hoy, ¿estaría soñando con jugosas sandías y aromáticos melones?

Sueños II

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M i padre dormitando en el living de su-nuestra casa. A pesar de ser mi padre, no se me ocurre en qué podría haber estado soñando, si es que lo hacía en ese momento en particular. ¿Quizás con su amado club Racing (el de Montevideo), del que era, o había sido, incluso, dirigente? ¿Con el Sena y sus puentes, que aún no había visitado? ¿Con otras cosas de las que nunca tuve idea que pudiesen interesarle o que él nunca habría confesado? No tengo la menor idea, el mundo onírico es totalmente privado, apenas los psicoanalistas, a veces, pueden llegar a hacerse una composición de lugar, y aún así, no sé... Pero recuerdo las palabras del surrealista Buñuel, que dijo, con la magnífica desmesura que lo caracterizaba: " El individuo que no sueña es un ser asqueroso ".

Sueños

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E l anciano dormita y quizás sueña. Y en sus sueños quizás ha vuelto a ser  joven, y tiene ante sus ojos a una bella mujer en un bosque que rodea a un lago idílico. Me acerco a él en puntillas, para no despertarlo, disparo la cámara y me retiro igualmente sigiloso. El mundo de los sueños es un territorio sagrado e íntimo, quizás el único que nos pertenece por entero.

Sensualidad

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A unque fuese sábado por la tarde -una tarde a mediados de enero, por si fuera poco- y el centro de la ciudad por lógica debería haber estado vacío, algunas osadas jóvenes proclamaban su belleza a todos aquéllos dispuestos a apreciar el efecto que causa una lingerie sensual cubriendo apenas lo necesario un cuerpo bien modelado. Bueno, en realidad, había de todo en el centro esa tarde, pero uno siempre puede elegir con qué impresión final quedarse.

Celoso

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C aminaba por la Ciudad Vieja y escuché que me chistaban desde lo alto de una  antigua casona. Era el señor ese, con apariencia de extranjero (¿romano?), que me quería manifestar su descontento por colocar en mi página web fotografías de gatos en las azoteas, desdeñando su augusta presencia en las idem.  - ¿Y yo? -me dijo con voz quejosa - ¿no me merezco ni siquiera una fotito? Las cámaras digitales no gastan nada, ni siquiera película... Parecía bien informado y de todos modos no me costaba nada darle el gusto, así que aquí está.

Salónica

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C omencé a leer " Corazón de Ulises ", un libro del periodista y escritor español Javier Reverte, a quien recomiendo. Ya he puesto en este sitio una foto suya ( aquí ) y manifestado lo mucho que me gusta la forma en que escribe, por no mencionar el interés que siento por muchos de sus temas habituales, pues es un gran escritor de viajes. Como un pequeño homenaje, aquí va esta foto del puerto de Salónica, tomada en una tarde invernal de 1983 (uy...cuánto tiempo hace ya...)

Salto

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E n la concesionaria de automóviles que queda cerca de mi casa, en mi camino diario a la agencia, tienen desde hace algún tiempo esta Ferrari a la venta. Ni qué decir que no me he interesado mucho por ella, ni averiguado siquiera cuánto cuesta; estoy bastante satisfecho con mi vieja Niva, que paga poca patente. Pero el joven ciclista quizás sí lo estaba y pensaba dar el gran salto: vender su bici y comprar la macchina , que al ser de segunda mano, seguramente cuesta bastante menos.

Azoteicos

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H ace poco más de un mes una pequeña visitante de las azoteas del barrio, que decidió establecer su residencia precisamente en la mía, tuvo cría. Sus vástagos, hoy ya creciditos y en pleno desarrollo, se han convertido en pequeños demonios hiperactivos que se la pasan explorando los alrededores en un radio cada vez mayor. Cada tanto es posible pescarlos comiendo o tomándose un pequeño descanso en sus piruetas, como en la foto, en la que, de los seis, aparecen solo cuatro. Los otros dos andaban en la vuelta, haciendo de las suyas. Se regalan gatitos.

La Virgen en Marruecos

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M e sorprendió bastante encontrar ese cuadro con una imagen de la Virgen María y el Niño Jesús (centro, a la izquierda) a la venta en un pequeño negocio en un callejón de Fez, la capital cultural de Marruecos. Pregunté cómo era que había una imagen religiosa cristiana en un país mayoritariamente musulmán y me respondieron que para ellos eran profetas, y como tales los respetaban. Eso fue mucho antes del surgimiento del integrismo islámico, por supuesto, no sé si se dará lo mismo hoy en día, tendría que darme otra vuelta por allá y comprobarlo.

La Virgen de los 33

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F otografiar la celebración de la fiesta de la Virgen de los 33 no me exigió viajar muy lejos: apenas levantarme antes del alba y desplazarme dentro de Montevideo mismo. La imagen fue llevada en procesión a la luz de las antorchas hasta la falda del cerro de Montevideo para esperar allí la salida del sol, en una ceremonia relativamente breve y muy bonita.

Piedad

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O tra Virgen, esta vez, fotografiada al inicio de lo que sería más tarde mi serie sobre religiosidad popular latinoamericana que, por sugerencia de mi amigo Pedro Vásquez, denominé "Latinoamérica y Dios" y me llevó a recorrer durante años muchos lugares que ni sospechaba que existieran.  En esta oportunidad, el barco en el que trabajaba, el viejo Flexservice I, tuvo que ir al puerto de Vitória, en el  estado de Espíritu Santo, a cargar cierto material. Tuve unas horas libres y aproveché para visitar una referencia inevitable en la ciudad, el Mosteiro da Penha, como su nombre lo indica, un monasterio situado en lo alto de un peñón que domina el puerto y la ciudad. Allí, metida dentro de una caja de vidrio y cercada por billetes de banco, me aguardaba una Piedad para que le tomase una fotografía, la primera de esa serie.

Punta Corral II

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F ui a Punta Corral por primera vez en 1991. No estaba preparado para el extenuante trayecto y no conseguí llegar a tiempo al santuario, pero me encontré con la procesión que bajaba hacia el poblado de Tilcara, en el camino. En un momento en que se detuvieron a descansar, tomé esta fotografía, de un grupo de jóvenes músicos de una banda de sicuris (una suerte de flautas de Pan).

Punta Corral

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F ui varias veces a la peregrinación de la Virgen de Punta Corral, en el norte argentino. Durante una de ellas tomé esta imagen en el camino que asciende lentamente bordeando desfiladeros hasta llegar al santuario, a más de 3.000 metros de altitud.

La Tirana II

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C on tantos años como lleva la Virgen atendiendo pedidos en ese santuario, no me cabe duda de que debe de haber escuchado y visto cosas muy singulares, como este penitente, que se arrastraba por las calles sobre su pecho descubierto hasta la iglesia, que quedaba a varias cuadras de distancia.

Copacabana

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E n esta escena, fotografiada en el "calvario" del santuario de Copacabana, sobre el lago Titicaca, en Bolivia, parecería que la pareja juega con un camioncito junto a la imagen de la virgen. Naturalmente no es así, es más serio que eso. Es apenas una ofrenda para pedirle a la santa que les conceda la gracia de que puedan comprar o conseguir un camión de los de verdad para trabajar. Nada mal como negocio ¿no? un camioncito de lata por uno de verdad. Pero es que por suerte la virgen tiene un corazón muy grande y no se fija en esos pequeños detalles.

La Tirana

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A socié lo de la Inmaculada (Concepción de María) con otra Virgen, esta vez una de tierras bastante alejadas del Vaticano: la Virgen del Carmen de la Tirana. La Virgen de La Tirana, según me explicaron, apareció precisamente en donde hoy se halla el poblado de La Tirana, cerca de Iquique, en medio del desierto chileno. Ese poblado, casi fantasma, tiene una población estable de un centenar de personas apenas -al menos cuando yo fui, en 1990- y durante la fiesta religiosa del Virgen llegan muchísimas más de todas partes de Chile. Allí es posible ver cómo los integrantes de una "diablada", comparsa en la cual sus participantes salen disfrazados de diablos, piden la bendición del cura (al centro) y las gracias de la Virgen. ¡Esos sí que saben estar con Dios y con el Diablo! 

La Inmaculada

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      N o sé si la Inmaculada venció o va a vencer, o no, pero de lo que sí estoy seguro es de que sus partidarios no parecían estar muy entusiasmados con la perspectiva, a juzgar por sus caras, esa mañana el la Plaza de San Pedro...                  

AVISO A LOS NAVEGANTES

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Se notifica a los interesados que acabo de actualizar mi página web en inglés, agregando una carpeta con las fotografías de mi serie "Páginas diarias" (Daily Pages). Pueden verse aquí.

Enero

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N o hace falta decir que no todos los montevideanos han evacuado la ciudad ante el impetuoso arribo del verano. Algunos nos hemos quedado a defender la plaza, en una actitud compuesta por partes iguales de heroísmo y de resignación. Pero para nosotros, la mágnifica rambla, permanentemente acosada por los siniestros especuladores inmobiliarios, es un alivio y un maternal consuelo. Poder sentarse a leer al solcito, frente al mar, es algo que no tiene precio y que por otra parte, es gratis.

Educación

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E l padre/madre de esa criatura -seamos parejos en la asignación de las tareas- probablemente consideraba que la educación de los hijos debe iniciarse muy temprano, incluso cuando aún son lactantes. De ese modo, cuando crezcan serán adultos responsables, capaces de tomar las decisiones acertadas para su vida, o al menos tendrán los elementos de juicio necesarios para hacerlo. Entonces lo/a dejaron junto a la vitrina de este comercio para que fuese asimilando información necesaria para el futuro.¡Que suerte tener padres tan previsores!

Matinal

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E sta imagen fue tomada probablemente el mismo día que la de la entrada de ayer: un hombre lee el diario antes de entrar a trabajar, por la mañana, mientras disfruta de una melodía entonada por un mariachi de aspecto inusual.

La marcha

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M éxico es un país maravilloso para fotografiar, y no estoy pensando en el mero registro periodístico de su violencia endémica, que tanto ha crecido en los últimos decenios. Con su riquísima cultura, su diversidad étnica y de costumbres -que conste que expresamente he evitado referirme al lugar común, sus abundantes bellezas naturales- México es una constante fiesta para el ojo del observador bien dispuesto y atento. Naturalmente, uno nunca ve lo que quiere, ni lo que es, sino apenas lo que es capaz de ver, de descubrir. En 1979, entonces en plena dictadura en Uruguay y en mi país adoptivo, Brasil, era natural que mi cámara buscase contrastes relacionados con las luchas sociales y las frecuentes marchas y protestas estudiantiles.

Mérida

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S iguiendo otro poco (¿porqué no?) con fotografías hechas en 1979 durante un viaje a México y Guatemala, aquí va esta otra, tomada en el hotel en Mérida adonde nos estábamos quedando. El Sagrado Corazón, la salida del imprescindible acondicionador de aire, una pelea de boxeo en la tele y una marina pintada en las baldosas de la pared ¿qué más se puede pedir para distraerse un rato por la noche tras un día entero de andar vagabundeando por ahí?

Peluquería

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U n poco más del año 79 y -¿porqué no?- de los mayas, aunque se trate apenas de sus descendientes, cortándose el pelo un domingo por la mañana en el poblado de Chichicastenango, en el Petén, Guatemala.

Enero

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P ara proseguir un poco más con el año 79, ya que estamos, aquí va esta imagen, tomada en Rio de Janeiro en los primeros días de enero. Tras las fiestas, Rio lucía un poco vacía y desolada, como Montevideo en esta época del año.

Surrealista

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A l recorrer mi archivo del año 1979 buscando la foto de la entrada de la víspera, me encontré con esta otra, de corte netamente surrealista. No es fruto del Photoshop, es una toma directa, aclaro. Lo que solemos llamar mundo real puede ser llegar a ser muy desconcertante por momentos.