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Mostrando entradas de abril, 2011

¡Basta!

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A yer la dominante mundial en todas las agencias de noticias fue la boda real en Inglaterra. Miles de fotos, videos, palabras, un exceso, creo. Recuerdo las palabras de Cartier-Bresson de la época en que fundó la legendaria (hoy bastante decaída) agencia Magnum, en un mundo tan convulsionado como el actual, si no más: "¡ El mundo se está cayendo a pedazos y (Ansel) Adams y (Edward) Weston andan fotografiando rocas !". Me dan ganas de gritar, como Mafalda, cuando algo le parecía demasiado: ¡ Basta ! Lo peor del caso es que si hay culpables de esta distorsión en la apreciación de la realidad, somos nosotros, los periodistas.

Cautivos

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¡ L o ha vuelto a hacer una vez más! Como los alienígenas de ciertas películas de ciencia ficción, que se introducían en las mentes de sus víctimas para dominarlas mejor, el pequeño demonio rectangular ha vuelto a encenderse, secuestrando las mentes de los incautos que permanecían en su cercanía y adueñándose de su voluntad. Mientras dure la emisión de sus siniestras imágenes, bloqueadoras de toda forma de pensamiento independiente, ellos permanecerán allí, inmóviles como los protagonistas de la película " Los visitantes de la noche", (Marcel Carné, 1942), convertidos en estatuas de piedra.

Productivo

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Y ya a que estoy con los periodistas, aquí va un ejemplo de productividad en el sector...No incluyo su rostro en el encuadre para no provocar celos y eventuales represalias por parte de otros trabajadores. (No, no me estoy refieriendo a los empleados públicos, nada de eso)

Escondida II

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O tra manera de estar (semi) escondida puede ser ésta, quedarse oculta tras algún armario como esta periodista en la redacción de la ya muy difunta revista " 3 ". Para los que preguntan si la profesión de periodista es o no interesante, les digo que sí, a veces lo es.

Escondida

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N o, no es un fantasma suelto por las callejuelas de Ouezzane, en el norte de Marruecos, no. Se trata apenas de una mujer del barrio enfundada en su " hiyab ", la vestidura islámica destinada a protegerla de las libidinosas miradas de sus congéneres masculinos. Elegante y práctica, esta prenda puede confeccionarse fácilmente con una sábana, y que los diseñadores y demás mercaderes de la moda femenina se fastidien si quieren.

Ajedrez

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U n tema recurrente en mi cámara: el ajedrez. He fotografiado ajedrecistas en acción en todas partes adonde he ido, esta imagen fue tomada al atardecer en la playa de Ubud, en Bali, Indonesia. Los indonesios son muy aficionados a este juego-ciencia, como lo llaman algunos.

Durmientes

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H oy estoy con poco tiempo, así que apelé a mi extenso archivo, pasando las páginas virtuales al azar hasta detenerme en esta imagen, tomada en Delhi durante la festividad del Durga Puja de 2006. Era un grupo de trabajadores que se había tomado un breve descanso sobre un escenario que preparaban para representar una obra clásica india.

Semana Santa II

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C omo aún no ha finalizado la Santa, etc., aquí va esta otra imagen de asistentes a los rituales y procesiones consiguientes, esta vez tomada durante la Semana Santa de 1991 en Tilcara, en la Quebrada de Humahuaca, adonde ya se va terminando la Argentina para convertirse en Bolivia. Cada uno es libre de hacer las consideraciones que crea adecuadas acerca de las diferencias entre las clases sociales y demás, yo solo les muestro la foto.

Semana Santa

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E sta Santa Semana Criolla, etc. no he podido fotografiar nada relacionado con la religiosidad popular, así que ahí va esta imagen, tomada en 1990 en la antigua población de Goiás Velho, en el centro del brasil, de una fiel que, impedida de participar de la procesión, creo del jueves de la Semana Santa, se plantó con su sillita al paso de los demás creyentes con su cirio encendido. Se hace lo que se puede, que será igualmente apreciado.

Vagancia

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Q ue llueve, que no, esta Santa Semana Criolla de Turismo vino decididamente indecisa. Lo mejor parece ser comportarse como estos dos señores sentados en una 18 de Julio medio vacía a aprovechar del solcito cuando se decide a salir.

Cónclave

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A l retornar de Piriápolis caminé desde Tres Cruces hasta mi casa, pues me gusta deambular por la ciudad a ver qué cosas me sorprenden e hice bien: a pocas cuadras de mi destino y aprovechando que caía la noche, un grupo de teles se había reunido en cónclave para idear medios más eficaces de descerebrarnos. La líder del grupo los arengaba, pero no me quedé a escuchar lo que les decía, por las dudas.

Precavidos

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E s una tradición consagrada que durante la Santa Semana Criolla de Turismo, como decía con humor un querido amigo, en el Uruguay el mal tiempo nos obliga a poner buena cara. Este año esa vieja costumbre meteórica parece haberse interrumpido y esta tarde en Piriápolis, adonde fui brevemente a cumplir un trámite, era espectacular. Cerca del puerto, sin embargo, pesqué con mi cámara a esta confortable casa rodante, cuyos dueños, precavidos, llevaban consigo el buen tiempo, el paisaje y hasta las gaviotas, por las dudas. No puedo menos que aplaudir su espíritu previsor.

Cielo quebrado

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¿ Y ahora qui én nos devuelve ese pedacito de cielo que se robaron con ya-no-recuerdo-cuál excusa, que colocaron en su ventana como si tuviesen el derecho a hacerlo, ahora que está roto, dañado para siempre, quién?

El comentario

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A lgunas de las parejas que evolucionaban sobre las lozas de la plaza al ritmo del tres por cuatro eran realmente buenas. Quizás esas tres espectadoras en el primer plano comentaban algo al respecto, quizás no, pero el hecho es que a partir de la imagen uno puede imaginar lo que le plazca.

Aprendizaje

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C ontrariamente a lo que algunos piensan, los veleros no tienen todos el mismo tamaño siempre. Cuando nacen son pequeños, como nosotros y no es sino tras un largo y cuidadoso aprendizaje que quedan prontos para enfrentar los mares. Aquí va esta imagen, para los incrédulos, de un yate pequeñito siendo llevado por su tutor a conocer las aguas calmas de este puertito de Marsella.

Lejos del mar

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U nos mucho y otros nada, dicen, la foto de ayer, tomada en Chile, me recordó esta otra, que hice en La Paz. Precisamente, Chile se quedó con el mar de Bolivia tras la Guerra del Pacífico (1879-83). Desde entonces Bolivia es un país mediterráneo y sueña con mares azules poblados por olas de blancas crestas. La foto es de 1978, así que, si le vamos a hacer caso a lo que opinaban los autores del graffiti, Bolivia nunca recupererá su franja costera. Confiemos en que se hayan equivocado.

Fiordo

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V olviendo al mar -que es un tema recurrente en mí- pero sin dejar de lado a la omnipresente descerebradora, recordé esta imagen tomada mientras navegábamos por los fiordos del sur de Chile, rumbo a, o desde Chile Chico. Esta vez no se ve la pantalla, pero se adivina en su antena, que interrumpe el paisaje con su esquelética presencia.

Nocturna con TV

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I magen nocturna tomada anoche en 18 de Julio durante el (infausto) partido entre Peñarol e Independiente, con muchos espectadores prendidos a las pantallas que aparecían por ahí, como haciéndose las desentendidas. Es que yo creo -una opinión personal, nada más- que las pantallas en realidad nos vigilan, haciendo lo imposible para evitar que pensemos demasiado, lo que según algunos, no sería una actividad carente de riesgos.

Más mar

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T engo muchas fotos tomadas en el mar, lo que no tiene gran mérito, pues entre otras cosas trabajé durante 14 años en plataformas y barcos de buceo, una buena parte de los cuales, embarcado. Esta foto la tomé a bordo de un barco en el cual navegué bastante, el Flexservice I, una vez que dejábamos la Bahía de Guanabara para dirigirnos a la zona de trabajo, mar adentro.

Peligros marinos

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R egresé sano y salvo de mi excursión piriapolense. No exagero, incluso la mera contemplación del mar conlleva considerables riesgos, y si no me creen, aquí tengo la prueba. Las fotos no mienten, ¿o sí?

Descanso

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H artos de salir a navegar casi todos los días, los barquitos de pesca se refugiaban entre los pajonales que rodean su fondeadero habitual. Yo iba a la playa, pero si estuviera en su situación, supongo que haría lo mismo.

Oportunidad

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A fortunadamente el tiempo en Piriápolis estuvo estupendo y me pude dar un baño delicioso en Playa Hermosa. Al atardecer, mientras hacíamos las últimas compras para la cena, un teléfono surgió de entre las sombras que iban en aumento y nos ofreció sus servicios. Pero no, no había nadie a quien llamar y se quedó allí, solo, en medio de la oscuridad que lo iba invadiendo todo como una marea creciente.

Pronóstico

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T engo previsto ir a Piriápolis, y tal como está el tiempo acá en Montevideo, temo que al llegar esté más o menos así...

Emboscados

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A llí estaban, emboscados en el interior de la galería, pero con un buen ángulo de visión hacia la calle, los vestidos de fiesta. Cada tanto pescaban a alguna posible clienta, que se detenía ante ellos con aire de arrobo, era cosa hecha. Situados junto a la avenida, muy concurrida a esa hora, no podían fallar, era casi como pescar en un barril.

Evacuación

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A unque eran casi las once de la mañana, en esa parte del barrio, al menos, no se veía un alma. Estuve indagando un poco hasta que encontré la causa: un temible pulpo, émulo del muy nipón Godzilla, andaba por ahí, sembrando el pánico, obligando a los residentes a evacuar la zona. Apuesto a que la culpa de todo la tienen los japoneses con su bendita planta atómica que pierde...

El mar, el mar

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E sta tarde tuve que ir a Piriápolis por el día. El balneario se preparaba lentamente para comenzar a hibernar. El sol aún calentaba, pero un fuerte viento del oeste agitaba las aguas azul-verdosas, aún tibias, corriendo a los potenciales bañistas. Crucé la rambla a hojear algunos libros en una librería que permanece abierta todo el año, y compré uno de Octavio Paz, " El fuego de cada día ". Luego me senté a tomar un café a algunos pasos de allí, de cara al mar, lo abrí, un poco al azar y leí: " Altos muros del agua, torres altas, aguas de pronto negras contra nada, impenetrables, verdes, grises aguas, aguas de pronto blancas, deslumbradas, " Ese encuentro repentino con el azar objetivo le habría encantado a cualquier surrealista. ¡André Breton vive y lucha!

Lector

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L o que mostré en la entrada de ayer no es para nada nuevo, al menos para mí. Recordé que en 1987 tomé esta imagen de un lustrabotas -un hombre de trabajo y humilde- absorto en la lectura de la página de sociales de su periódico. Nihil novum sub solem , como solía decir el tío Salomón.

Lectora

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L a veo prácticamente cada vez que paso por allí. Es una mendiga, como hay tantos/as, pero ésta tiene algo especial: es una mendiga lectora. Casi siempre está con un libro, o un viejísimo ejemplar de Selecciones del readers' Digest en la mano, pero esta vez la pesqué con una revista, estudiando la página de sociales. Es que los que no tienen nada, o casi nada, se reconfortan a menudo con la visión de los que sí poseen algo, como la gente hambrienta que acudía ver cómo almorzaban los reyes para después tener motivos para soñar que eran ellos los que comían.

Metamorfosis

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E stá bien, eso de la metamorfosis, ya lo entendí; que una muchacha normal, vestida informalmente, pueda transformarse, en un instante y ante mis incrédulos ojos en poco menos que una diva, lo acepto. Lo que no consigo entender es cómo hace para cambiarse de ropa tan rápido...

AVISO A LOS NAVEGANTES

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Para quienes puedan estar interesados, el suplemento Cultural del diario El País de Montevideo ha publicado hoy un artículo mío con fotos y texto sobre un rito funerario en la isla Célebes (Sulawesi), en Indonesia. Puede leerse (no están las fotos) aquí .

Matinal II

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I r a pie hasta el trabajo, atravesando parte del centro de la ciudad, permite además apreciar su elegante arquitectura y los numerosos monumentos y esculturas de corte clásico y neohelénico que engalanan sus calles y plazas. Montevideo, una ciudad refinada, con una población pujante y económicamente activa, donde la diferencia entre las clases sociales se ha ido reduciendo progresivamente, en su inexorable camino hacia convertirse en una metrópolis feliz: la joya del Mercosur.